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¿Publicidad con conciencia?

La publicidad se trata de promover un producto a un público, ¿qué tan bien va eso de vender soluciones a los problemas de la sociedad?

 

Al igual que los cuentos, que nos contaban de niños, la publicidad puede llegar a generar imaginarios que guían el comportamiento de las audiencias. ¿Qué tanto puede contribuir a generar nuevos públicos que tengan más conciencia sobre los retos que tenemos más allá de la compra de un producto?

Hablamos con Vladimir Sánchez, profesor de la Universidad Tadeo Lozano, sobre esa publicidad que quiere venderlos otra manera de mirar el mundo y qué tanto la gente está comprando soluciones a los problemas de discriminación, medio ambiente y convivencia.

 

Promocionar un producto

 

¿La comunicación tiene conciencia?

Vladimir: “La comunicación no tiene conciencia… Sin embargo, me parece que el actual estado de las cosas, el medio ambiente y los problemas del hombre, están generando esa conciencia, ese percatarnos, para que la comunicación sirva a la posibilidad de encontrar su solución.

En todas partes del mundo, con muy pocas excepciones, existen niños que está sufriendo de hambre y que requiere que las personas con recursos puedan contribuir para llegar a que eso se pueda solucionar. La comunicación ahí tiene un papel fundamental, evidenciar que existe ese problema y que está la necesidad de hacer cosas”.

 

¿Qué es eso de publicidad social?

Vladimir: “Cuando hablamos de publicidad social, muy seguramente estamos relacionando el término de publicidad con el de responsabilidad social. Aquí comenzamos a hablar del valor de marca, cómo ellas pueden generarlo sin la necesidad de recurrir al producto que se está vendiendo. Más bien se trata de generar una conexión con los problemas de la humanidad y que la marca trate de ayudar a encontrar una solución”.

Publicidad con buen contenido

¿De verdad se puede llegar a tener impacto con mensajes que no recurran al sexo o la violencia?

Vladimir: “Sí, estoy absolutamente seguro de eso. Lo que hemos descubierto es que ese tipo de publicidad está mandada a recoger. Es muy posible que hace 20 años esa publicidad fuera super impactante porque la sociedad era diferente. Hoy en día puede llegar a ser nociva para la misma marca. Pasa, por ejemplo, con el caso de las chicas modelos asociadas a una marca de cerveza que ya es raro que se vea”.

¿Es posible, para los que hacen las campañas, salirse de los estereotipos?

Vladimir: “No solo es posible, ya está sucediendo. Cada día estamos viendo una industria publicitaria que comprende que el asunto va más para un storytelling que para la imagen de un cuerpo o una erótica”.

¿Qué beneficios o desventajas tienen series como Narcos para la imagen del país?

Vladimir: “El tema de la coca y el narcotráfico ha sido nefasto para ello, yo mismo lo he experimentado. Cuando un extranjero conoce a un colombiano normalmente, y con inocencia, hace el chiste relacionado con eso. Vemos que las grandes cadenas de televisión nacional se han encargado de explotar esa narcomiseria y vender con ello”.

¿Qué puede llegar a faltar para que los colombianos sean más conscientes sobre temas de paz, responsabilidad ambiental o su relación con la tecnología?

Vladimir: “Se dice muchas veces que los colombianos somos las personas más felices del mundo, pero uno se pregunta por qué si tenemos tantos inconvenientes. Lo que sucede es que somos muy folclóricos, no nos tomamos en serio las cosas que nos pasan. Le hacemos el quite a los problemas a través del chiste, del refrán o de encontrarle el carnaval al asunto.

Eso es un mecanismo de defensa para sobrevivir a nuestra realidad cultural. No obstante, esto también hace que no tomemos con seriedad a esas circunstancias que lo necesitan. También creo que las marcas podrían aprovechar los puntos de esa cultura para generar más conciencia sobre los problemas que nos aquejan como sociedad”.

 

¿Campañas como ‘La emboscada colombiana’ pueden servir como ejemplo?

Vladimir: “Esa serie tiene un elemento que puede llegar a funcionar. Ya que la gente tiene tan arraigado esos estereotipos que pueden ser usados para darle la vuelta y generar conciencia que somos más que narcotráfico. Somos también literatura, música, cultura; más que unos cuerpos eróticos, tenemos intelectuales, físicos e ingeniero que incluso pueden trabajar en la NASA.

Me parece que este tipo de ejercicios le hace bien en este primer momento de la estrategia. Luego ya podría venir algo más elaborado para llegar más allá del estereotipo para mostrar lo que somos, sobre todo en el exterior. Creo que es peligroso si nos quedamos en los estereotipos”.

 

Fuente: Canal Trece

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